Yo he ganado mucha independencia de vivir en las residencias de la universidad y la ciudad de Nueva York.
Pienso que para que una persona madure es bueno afrontar situaciones diferentes. Una cosa importante es "estar fuera de elementos" y adaptarse a cambios.
Empecé a la universidad el año pasado. Era la primera vez que yo vivía por mis propios medios. La transición de vivir en mi casa con mi madre y hermano, a vivir con desconocidos, era grande. Tuve que aprender a cómo llevarme con nueva gente y hacer nuevos amigos.
Vivir en la Ciudad de Nueva York es también un cambio grande para mí. Todos saben que la ciudad se mueve a un ritmo rápido. Entonces, puede tomar tiempo para ajustarse. Pero, me ajusté y me encanta la ciudad mucho.
Las experiencias que he aprendido son inmensas. Y aunque solamente he estado en la ciudad por un año, me siento que soy una persona diferente que cuando dejé mi casa.
3 comments:
Courtney- !Pienso que eres una chica muy valiente! Estoy de acuerdo de vivir en una gran ciudad crea mucha independencia. Tomar tiempo para ajustarse, si, pero cuando ajustas, la ciudad es fantástica! Puedo identificarse con tus experiencias porque hace dos años que me mudé a la ciudad. Al principio, fue muy difícil, pero con tiempo, me ajusté. No hay otra experiencia como maduración.
Te entiendo perfectamente Courtney, si es muy difícil salir de casa y vivir sola pero como dices tú es muy importante vivir experiencias nuevas. Es muy difícil saber manejar el dinero especialmente cuando no vives en las habitaciones de la universidad.
Pero vale la pena!!!
Hola Courtney:
Si yo hubiera podido vivir en Nueva York como estudiante cuando tenía veinte años, me hubiera considerado la persona más feliz del mundo. No me puedo imaginar, hoy a mis cuarenta y tantos años, lo que podría haber sido para mí ser estudiante en Nueva York entonces. Yo vivía en casa de mi madre con mis hermanas y la situación era muy difícil por muchas razones. Trabajaba en una joyería a tiempo completo (full time) donde fundía (melted) el oro y la plata y desmontaba los relojes y otras piezas valiosas con piedras preciosas. Ese eras mi trabajo de 9:30 a 1:30 y de 4:30 a 7:30 de lunes a viernes. Luego iba a la clase de 8 a 9am, de 3:30 a 4:30pm y de 7:30 a 9:30pm. Y tenía que ir corriendo de un sitio a otro para no llegar tarde.
Pero eso no me importaba. Lo peor para mí era que estaba desesperado por salir y viajar, poder crecer y desarrollarme y ayudarme a mí y ayudar a mi familia. Te puedo decir que el día que recibí mi última nota en junio (después de cinco años de estudios), cogí un autobús y me fui a vivir a Londres. Ni tan siquiera esperé a la ceremonia de graduación. Mis recuerdos de esos años son muy agridulces (sweet and sour) ahora que escribo sobre ello, pero ésa era mi vida.
Por cierto, el español de tu composición de esta semana es perfecto.
Andrés
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